Palacio de Justicia
La Barcelona del último tercio del siglo XIX fue testigo de una rápida expansión por el nuevo distrito del Eixample, que se iba ocupando con viviendas y edificios públicos. En muchos casos, las nuevas construcciones sustituían instalaciones obsoletas de la congestionada Ciutat Vella. El Palacio de Justicia es uno de estos nuevos equipamientos y pretendía agrupar los distintos juzgados de la ciudad y la Real Audiencia en un nuevo edificio monumental que diera la medida de la nueva ciudad. Proyectado en el año 1886 por Enric Sagnier y Josep Domènech i Estapà, fue el primer encargo importante de estos jóvenes arquitectos recién titulados. El proyecto iba acompañado de una extensa memoria donde razonan la elección de los materiales y las formas del edificio: consideraban que el material representativo de la civilización moderna era el hierro pero que la función representativa del edificio requería la solidez de la piedra para expresar el peso de la justicia, y también creían que la sociedad aún no estaba preparada para aceptar la utilización de estructuras de hierro en edificios monumentales. Por este motivo, tomaron una decisión arriesgada e innovadora en la época: dejar el hierro a la vista en la cubierta de la escalinata monumental y en el gran salón del primer piso, pero convenientemente decorado.
El conjunto —que se quiso organizar de una manera racional y práctica— se estructura en dos cuerpos simétricos, en torno a patios, donde se sitúan los juzgados, y en el centro, el acceso con grandes espacios adecuados para los grandes procesos o para actividades representativas. Especialmente destacado es el gran salón llamado de los pasos perdidos, con uno de los testeros ocupados por una gran composición pictórica de Josep M. Sert. Otros ámbitos del edificio fueron decorados por los pintores Joan Llimona, Fèlix Mestres y Arcadi Mas i Fontdevila, entre otros.
Exteriormente, el Palacio de Justicia, uno de los primeros edificios monumentales de la ciudad, utiliza un repertorio decorativo que toma elementos de diferentes estilos. Las esculturas que recorren las fachadas, con retratos de juristas y escenas alusivas, también fueron obra de los más destacados escultores catalanes del momento, como los hermanos Vallmitjana, Manuel Fuxà, Josep Llimona o Miquel Blay. El conjunto aparece coronado por una estatua de Moisés, obra de Agustí Querol.
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año
1904
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Población
Barcelona
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Dirección
Pg. de Lluís Companys, 14